Algunos crean modas, establecen tendencias, imponen estilos. Y todos los demás siguen. Más o menos como los átomos en un campo magnético.
Aquí está el singular descubrimiento de dos científicos franceses.
¿Qué regula las actitudes imitativas típicas de las modas o los cambios repentinos de comportamiento observables en una gran audiencia?
Según los científicos franceses Quentin Michard y Jean-Philippe Bouchaud, estos fenómenos se rigen por una ley muy similar a la que regula el fenómeno físico del magnetismo.
¿Somos todo copiones?
Para explicar esta teoría única, los dos investigadores han centrado su atención en algunas tendencias fácilmente observables, como el colapso de los nacimientos en Europa a finales del siglo XX o la rápida propagación de teléfonos móviles en la década de 1990: en estos casos, cada individuo no es solo manifiesto Una preferencia, pero en cierta medida tiende a imitar a otros.
Influencias magnéticas.
Este comportamiento puede explicarse tomando prestados algunos conceptos de la física de los imanes: un campo magnético ejerce una fuerza que fuerza a las cargas de los átomos que lo sufren a orientarse en la misma dirección. Y a menudo las cargas de un átomo empujan a las del átomo vecino que influye en su posición. Un cambio lento y progresivo del campo magnético también genera una inversión repentina y desordenada en la posición de las cargas.
Compras tu que compro yo.
En la versión sociológica de este modelo, los átomos representan a las personas y las cargas eléctricas su comportamiento. En el caso de los teléfonos móviles, por ejemplo, está claro que su propagación ha aumentado con la disminución de los precios, pero la explosión del fenómeno ha sido decretada por la fuerza con que las personas se han influenciado e imitado entre sí.
El modelo magnético establece que cuanto más fuerte sea la tendencia a imitar a otros, más mutaciones en el comportamiento serán repentinas y se caracterizarán por discontinuidades constantes.
La tasa del cambio de opinion se acelera matemáticamente y de forma impredecible, aumentando a medida que la población en cuestión se acerca al punto de cambio máximo. En la práctica, cuanta más gente compre un determinado modelo de chaqueta, más se empujará a todos los demás a hacer lo mismo: un recorrido por las calles del centro confirmará la veracidad del modelo de Michard y Bouchaud.
Aquí está el singular descubrimiento de dos científicos franceses.
¿Qué regula las actitudes imitativas típicas de las modas o los cambios repentinos de comportamiento observables en una gran audiencia?
Según los científicos franceses Quentin Michard y Jean-Philippe Bouchaud, estos fenómenos se rigen por una ley muy similar a la que regula el fenómeno físico del magnetismo.
¿Somos todo copiones?
Para explicar esta teoría única, los dos investigadores han centrado su atención en algunas tendencias fácilmente observables, como el colapso de los nacimientos en Europa a finales del siglo XX o la rápida propagación de teléfonos móviles en la década de 1990: en estos casos, cada individuo no es solo manifiesto Una preferencia, pero en cierta medida tiende a imitar a otros.
Influencias magnéticas.
Este comportamiento puede explicarse tomando prestados algunos conceptos de la física de los imanes: un campo magnético ejerce una fuerza que fuerza a las cargas de los átomos que lo sufren a orientarse en la misma dirección. Y a menudo las cargas de un átomo empujan a las del átomo vecino que influye en su posición. Un cambio lento y progresivo del campo magnético también genera una inversión repentina y desordenada en la posición de las cargas.
Compras tu que compro yo.
En la versión sociológica de este modelo, los átomos representan a las personas y las cargas eléctricas su comportamiento. En el caso de los teléfonos móviles, por ejemplo, está claro que su propagación ha aumentado con la disminución de los precios, pero la explosión del fenómeno ha sido decretada por la fuerza con que las personas se han influenciado e imitado entre sí.
El modelo magnético establece que cuanto más fuerte sea la tendencia a imitar a otros, más mutaciones en el comportamiento serán repentinas y se caracterizarán por discontinuidades constantes.
La tasa del cambio de opinion se acelera matemáticamente y de forma impredecible, aumentando a medida que la población en cuestión se acerca al punto de cambio máximo. En la práctica, cuanta más gente compre un determinado modelo de chaqueta, más se empujará a todos los demás a hacer lo mismo: un recorrido por las calles del centro confirmará la veracidad del modelo de Michard y Bouchaud.
(Fuente: Artículo de la revista Focus )